Un día en el Madrid confinado

Madrid desde Torres Blancas - Antonio López

Hemos tenido que ir a Madrid en plena pandemia. Hay que operar a la perrilla, que tiene fastidiados los ligamentos cruzados, esa lesión tan típica de los futbolistas.

La operan a primera hora de la mañana, pero no podemos recogerla hasta el mediodía porque quieren observar como se desarrolla el postoperatorio. Así que tenemos un buen rato de espera que en otro momento habríamos aprovechado para quedar con amigos o familiares, callejear, hacer compras, tomarnos unas birras… Lo normal en una mañana en Madrid.

Así que aquí estamos, en el coche, a la puerta de la clínica veterinaria, sin saber muy bien qué hacer. Podríamos ir a la terraza de algún bar pero el día no acompaña, está frío y nublado. Meterse dentro significa estar todo el rato preocupados por lo del contagio, y al final ni estás a gusto ni disfrutas la situación.

De momento seguimos en el coche, escuchando música, como veinteañeros de los de antes. Los vecinos ya se han quedado con nosotros, igual piensan que somos secretas o algo así. Por la radio escuchamos Rock FM, que hoy lo están bordando. He descubierto gracias a ellos un pedazo de versión del Wiked Game de Chris Isaak, con lo que a mi me gustan las versiones y también Wiked Game. La versión corre a cargo de la banda Him, a la que desconocía totalmente hasta ahora, que ya la tengo en el radar aunque un poco tarde puesto que se han disuelto en 2017. No importa, más vale tarde que nunca. Hacen una interpretación intensa, con guitarreo poderoso y metalero.

Fantástico. Ahora estamos coreando el Hey Jude con los Beatles, esto está degenerando. Creo que me voy a estirar las piernas.

Como lo del veterinario se está alargando hemos claudicado y tomado unas cervezitas acompañadas de un pincho de paella terrible en la terraza de un bar de la zona. Es preferible estar al aire libre que en un espacio cerrado con todos esos aerosoles pululando. La pena es que el día no acompaña y al rato estamos congelados. Al coche otra vez, leer un rato, escuchar la radio. Ya es la hora de El Gabinete con Julia Otero y sus invitados. Y antes de que acabe nos llaman para que pasemos a por la perrita ¡por fin!

Con ella todavía atontada y un vendaje de lo más aparatoso nos despedimos de Madrid esperando mejores ocasiones para disfrutarla.

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