Poniéndole cuerpo a la serie perfecta

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El artículo de Jot Down Anatomía de la serie perfecta construye el cuerpo de lo que sería la serie perfecta. Vamos a por los componentes, con información sobre las series citadas.

El cerebro. Constituido por una mezcla del dandi psicokiller de Hannibal y Frank Underwood, el político sediento de poder de House of Cards.

El sexo. Ray Donovan, protagonizada por Liev Schreiber y John Voigt nada menos. Masters of Sex, serie sobre los estudios de Masters and Johnson sobre la respuesta sexual humana.  Y la presencia de Gillian Anderson (la agente Scully, si) en The Fall, miniserie policíaca británica.

El tronco. The Americans, serie sobre espías soviéticos incrustados en la sociedad estadounidense en el contexto de la Guerra Fría.

Las extremidades. Las superiores están representadas por los interprétes de la ya citada Ray Donovan. Las inferiores por Orange is the New Black, serie basada en el libro autobiográfico de Piper Kerman, donde se narran su vida en prisión tras ser encarcelada por transportar dinero de la droga.

Columna vertebral. Peaky Blinders, miniserie británica sobre la mafia y los gángsters en Inglaterra en los años veinte. Como curiosidad, la banda sonora contiener rock de vanguardia como Nick Cave o White Stripes.

El corazón. La partida del melodrama la ganaría Orange is the New Black, pero la serie francesa Les Revenants representa una profunda concepción de la muerte y el amor. La historia trata sobre la aparición en un pueblo de montaña de personas de todas clases y edades que han estado muertas y reaparecen sin signos de envejecimiento. Determinados a recuperar sus vidas y comenzar de nuevo, poco a poco se dan cuenta que no son los únicos que han regresado de la muerte. Una serie de crímenes comienzan a ocurrir con un parecido perturbador a la obra de un asesino en serie del pasado.

Pulmones. Southcliffe, porque estaría falta de oxígeno y transcurriría en un ambiente irrespirable. Una pequeña comunidad es golpeada por una tragedia para la que no encuentra explicación. Sobre el papel tenemos de nuevo un crimen violento, una pueblo no tan ideal si rascamos un poco en su superficie y un asesino suelto en sus calles.

La boca. La del personaje de la ya citada Hannibal.

Los ojos. La Virginia Johnson de Masters of Sex ha sido la mirada del año, la arrebatadora combinación de sensualidad y ternura que se nos ha clavado en ese punto inexacto entre el estómago y el corazón. Y también su compañero William Masters (Michael Sheen), cómo no.

Oídos. La banda sonora de Peaky Blinders.